Pequeños inventarios

Una lectura minuciosa de los objetos cotidianos revela capas de sentido que suelen pasar desapercibidas. En Pequeños inventarios, María José Navia examina cómo las cosas actúan en la narrativa chilena y construyen biografías, tensiones y ausencias.

Como anuncia el epígrafe —«Las cosas son evidencia, la vida se acumula en ellas», de Dorothy Gallagher—, Navia recoge y clasifica elementos que funcionan como agentes narrativos: desde los zapatos de Martín Rivas hasta los computadores de Mis documentos, las puertas de Hijo de ladrón que amenazan con cerrarse, la ventana de Los detectives salvajes que interpela al lector, el baile del despojo en los poemarios de Gabriela Mistral, los productos cotidianos en Mano de obra o los objetos que se amontonan en una animita y en los hogares durante la pandemia en Retrovisor y Preguntas frecuentes.

Con un estilo analítico y sensible, este libro propone leer «mirando al costado», trasladando el foco desde los grandes gestos hacia los detalles que sostienen los relatos. La autora muestra cómo las cosas pueden desearse o convertirse en carga, ser indispensables y, sin embargo, inaccesibles; cómo lo cotidiano puede definir identidades y transformarlas. Pequeños inventarios aporta una herramienta de lectura que enriquece tanto al lector atento como al estudioso de la literatura, al demostrar que en la acumulación material también se inscriben memorias, conflictos y formas de pertenecer.