La balada de la cárcel de Reading

La condena de 1895 marcó un antes y un después en la vida y la obra de Oscar Wilde, quien tras ser sentenciado por «gross indecency» pasó por las prisiones de Newfield, Pentonville y Wandsworth antes de llegar a Reading; de esa dura experiencia nació La balada de la cárcel de Reading, poema escrito en el encierro y publicado con repercusión en 1898.

Aunque la obra está dedicada a Charles Thomas Wooldridge, Wilde no se limita a abogar por un caso aislado, sino que utiliza la historia para plantear una defensa más amplia de la vida del condenado a muerte y para denunciar las condiciones deshumanizadoras del sistema penitenciario victoriano. El poema combina una mirada crítica y una compasión profunda, transformando el dolor personal en un alegato literario que cuestiona la justicia y reclama la dignidad de quienes sufren tras los muros.

Con una intensidad moral y una claridad expresiva que no renuncian a la belleza formal, La balada de la cárcel de Reading confirma la capacidad de Wilde para convertir la experiencia íntima en una reflexión ética y estética de alcance duradero, ofreciendo al lector una obra conmovedora y de honda implicación social.