En cualquier contexto existe una multitud de posibles cursos de acción. La ruta que el I Ching sugiere es la que seguiría el sabio, aquella que se halla en sintonía con las leyes de la Naturaleza y con la inevitable moralidad del Universo. En el texto original y en el simbolismo de las ilustraciones de este libro, el énfasis está puesto sobre las cambiantes estaciones. No tiene sentido sembrar en invierno una semilla de verano pues no soportará el frío, no podrá crecer ni florecer. Hay un tiempo bueno para cada cosa. El libre albedrío nos permite depositar en la tierra nuestras «semillas» cuando lo estimemos conveniente, sin embargo, si nos alejamos demasiado de las leyes naturales nuestra elección estará condenada al fracaso. Cómo actuemos ante el consejo del I Ching dependerá de nosotros. La vida es una experiencia total y la realidad surge siempre desde dentro.
Al seleccionar una opción, se actualiza toda la página.