Violeta vive rodeada de personajes singulares: su gato Pudin —en realidad Pudin de tofe pegajoso—, la cacatúa la maharaní, su madre Camila Cler, diseñadora de joyas, y su padre Benito Morado, arquitecto; además del jardín comunitario que late detrás del edificio. En Violeta y el misterio de la Isla del Tigre se combina la cotidianidad ordenada de un hogar estiloso con la curiosidad de una niña que programa su vida en un calendario y busca la aventura en cada esquina; la historia está firmada por Harriet Whitehorn y Becka Moor.
La novela retrata con humor y calidez la vida de una hija única que alterna clases, escalada —su pasión, a la que asiste dos veces por semana— y tardes con su mejor amiga Rosa, mientras aprende trucos prácticos y curiosos en compañía de adultos y de Norma, el ama de llaves cuyas palabras escasas siempre encierran sabiduría. Entre pequeñas lecciones de vida, juegos de póquer improvisados y habilidades inesperadas como leer menús en francés o preparar cócteles, la trama va tejiendo una atmósfera de misterio y descubrimiento que invita a seguir a Violeta en sus pesquisas y a explorar cómo la imaginación transforma lo cotidiano en aventura.