Cuando era un joven, y se desempeñaba como “mosca”, una especie de cadete-secretario, Villa se definirá a sí mismo con precisión: “Donde me daban lugar, me quedaba”. Era a comienzos de la década del sesenta y buscaba un lugar en el mundo. Lo encontrará unos años después, durante el gobierno de Illia, cuando ingresa a trabajar al Estado. Luego se recibe de médico. Sin dejar de ser un “mosca” escala en su repartición. Es diestro en el arte de la ubicuidad, y supone que está al margen de los vaivenes de la época, la década del setenta. Se equivoca. Aquella sentencia, “donde me daban lugar, me quedaba”, se vuelve una trampa. Los militares están en el poder, y los médicos al servicio del Estado pueden cumplir funciones que nunca hubieran imaginado.Novela inolvidable, Villa narra la tragedia de un hombre que hasta el final ignora su terrible destino. Es también un relato de la Argentina violenta, la del final del gobierno de Isabel Perón y, mucho más aún, la de la dictadura; vista por un amoral, por alguien que no recuerda las traiciones y concesiones que acumuló en su vida. A veinte años de su primera publicación, Villa se ha convertido en un clásico contemporáneo. Esta edición aniversario incluye un brillante prólogo de Jorge Panesi.
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