Un hotel de lujo, un pueblo al límite y un folclore que regresa para cobrar cuentas pendientes; así arranca una historia de tensión y apariencia. En Una fiesta a medianoche la inauguración de La Mansión —con su piscina infinita, cócteles exóticos y cabañas que ostentan cristales de sanación— se transforma en el escenario donde secretos, rencillas y viejas leyendas empujan a los invitados hacia una noche que termina en incendio y muerte; la novela está firmada por Lucy Foley.
La acción se concentra en las treinta y seis horas previas al descubrimiento del cadáver, y la narración despliega múltiples perspectivas que convierten a cada personaje en sospechoso: la dueña, el marido, la invitada misteriosa, el ayudante de cocina. La autora maneja con precisión el suspense psicológico y el detalle sensorial —del lino impecable al retumbar de los rumores—, mientras la leyenda de los «Pájaros Nocturnos» aporta una capa inquietante que difumina lo social y lo casi sobrenatural. Es una novela que examina cómo la ambición, el resentimiento y los agravios no reconocidos pueden detonarse en violencia, y lo hace con una estructura de voces cruzadas y giros controlados que mantienen la tensión hasta el final.