La prosa sobria y penetrante de Sándor Márai construye una fábula íntima sobre las contradicciones del afecto y la disciplina. En Un perro de carácter la novela, narrada en buena parte desde la mirada del cachorro y a ratos desde la del dueño, cuenta cómo un can regalado en nochebuena —aún cubierto de barro y paja—, de pedigrí incierto y temperamento irascible, trastorna la complicidad inicial entre dos personas hasta conducirla a un desenlace inesperado y poco edificante.
La obra alterna ternura e ironía para explorar la lealtad, la frustración y los límites de la domesticación. Márai convierte el punto de vista no humano en instrumento de revelación: mediante la percepción del animal aflora lo oculto de los hábitos, los silencios y las tensiones humanas, y el carácter del perro funciona como espejo de pasiones y debilidades; una novela breve pero de intensa carga psicológica que confirma la maestría del autor para transformar lo cotidiano en un dilema moral y literario.