En las horas de descanso que reserva para escribir en el café Doble, Violeta descubre la presencia de un hombre mayor que despierta recuerdos de infancia y la curiosidad por conocer su historia. En Un crucigrama y un café, Melina Marrodán construye una narrativa íntima y cotidiana donde los encuentros aparentemente casuales se transforman en lazo, confidencia y enigma.
La trama alterna las rutinas hospitalarias de Violeta con las mañanas en que resuelve «crucigramas compartidos» con Alfredo, recorriendo episodios de vida, pérdidas y desamores que reconfiguran la mirada de la protagonista sobre la felicidad. La aparición de un joven atractivo complica el paisaje sentimental y obliga a Violeta a sopesar atracción y expectativa, mientras la novela explora el amor en sus múltiples formas y el valor de la familia, la amistad y los pequeños gestos que hacen sentido. Con estilo sobrio y emotivo, la obra invita a observar cómo la memoria y la compañía transforman lo cotidiano en posibilidad.