La novela desliza una tensión creciente desde la primera escena: dos delincuentes planifican un atraco en Ginebra que no será un suceso vulgar. En Un animal salvaje, la narración sigue la caída de una vida aparentemente perfecta, narrada con pulso cinematográfico por Jöel Dicker, donde los detalles cotidianos se convierten en pistas que desatan una trama de mentiras, celos y traiciones.
Veinte días antes, Sophie Braun, una abogada de éxito, parece tenerlo todo; sin embargo la intrusión de un vecino obsesivo y un obsequio inesperado desencadenan una cadena de engaños que trastoca la memoria y la identidad. El autor alterna atmósferas domésticas y escenas de alta tensión, combinando un ritmo trepidante con giros psicológicos que mantienen la intriga hasta un desenlace que subvierte expectativas y obliga a revisar la verosimilitud de cada testimonio.