En la intimidad de un apartamento neoyorquino, Olivia Schtern —antes Rivka— convive con su perro George mientras carga con un pasado marcado por la tragedia: el incendio en que murieron su madre y seis hermanas. En Todos nuestros fuegos la narración despliega un periplo que va desde la adolescencia a la supervivencia adulta, donde las penurias económicas, la rutina de la llamada anual de su padre cada 11 de diciembre y un viaje al sur que altera su destino se entrelazan con momentos de ternura y deriva emocional.
La voz que guía esta novela pertenece a Karen Codner, periodista y magíster en Literatura Comparada, quien se adentra en la ficción con una prosa de delicadeza sostenida. Todos nuestros fuegos se construye como una novela familiar y de formación que examina la identidad, los claroscuros de la vida cotidiana y lo que significa ser una joven judía en una Nueva York cosmopolita y en un Chile conservador; las voces silentes de las mujeres resuenan como el coro de una tragedia, aportando a la obra una luminosidad que convive con el dolor.