En el retrato social y emocional que ofrece la Inglaterra de finales del siglo XVIII, Sentido y sensibilidad plantea, con aguda ironía y sutileza psicológica, el choque entre la razón y la pasión. La narración de Jane Austen sigue a las hermanas Dashwood tras la muerte del padre y muestra cómo Elinor y Marianne encarnan posturas opuestas que obligan a reconsiderar las normas afectivas y sociales de su tiempo.
Austen conjuga diálogos vivaces, detalles de costumbres y un sentido moral refinado para exponer los límites y las oportunidades de la condición femenina; la tensión entre la prudencia de Elinor y la intensidad de Marianne convierte a Sentido y sensibilidad en un estudio sobre el equilibrio emocional y las estrategias de supervivencia social. Quienes valoran la novela de formación y la comedia de costumbres encontrarán en esta obra una combinación de lucidez crítica y delicadeza narrativa que mantiene su fuerza interpretativa en la actualidad.