En un universo donde el tiempo se estanca para quienes han perdido algo irremplazable, la novela plantea la pregunta central que atraviesa toda la trama: ¿puede alterarse un destino que ya parece escrito? En Sempiterno la familia de extraños intenta recomponerse mientras el pasado y la memoria dictan sus movimientos.
El mundo de Caleb se ha desmoronado: los meses transcurren, pero él permanece atrapado en la misma noche, paralizado por un dolor que lo mantiene inmóvil. Su familia necesita que despierte; él necesita encontrarla y volver a ser capaz de mirar el futuro. Paralelamente, Victoria intenta reconstruir una identidad fragmentada en cientos de pedazos. El joven que la acompaña depende de su fortaleza, ella debe aprender por qué siente una conexión que la arrastra hacia una casa que no recuerda y escuchar esa voz interior que le reclama volver.
La voz detrás de esta historia es la de Joana Marcús, que teje con precisión lírica y tensión psicológica una trama en la que huir deja de ser una opción y la supervivencia exige enfrentar el pasado y desafiar el olvido. Sempiterno explora la fragilidad de la memoria, la urgencia de la reconstrucción afectiva y la posibilidad de recuperar lo perdido en un relato que combina suspense emocional y una prosa contenida pero incisiva.