En el altiplano del Tamarugal, donde la procesión de la Virgen del Carmen convierte a La Tirana en un escenario de devoción y estridencia, se despliega la trama de Reina del Tamarugal. Fran llega desde la ciudad para filmar la fiesta y refugiarse de la organización de su matrimonio; Cristi, una adolescente del pueblo, transforma la casa de su abuela en una celebración paralela de reguetón, alcohol y drogas. La novela expone con nitidez los contrastes entre lo colectivo y lo íntimo, entre el folclor religioso y las pulsiones modernas que atraviesan la pampa.
La prosa de Malu Furche se caracteriza por una escritura limpia y visual que captura rostros, trajes y el fervor de los bailarines sin perder la tensión interior de sus protagonistas. A través de dos voces que se observan sin cruzarse, la narración arma un relato coral de la era digital, donde la cámara de Fran y la desazón de Cristi revelan equilibrios invisibles y urgencias personales que laten bajo la multitud.
En esta primera novela, la autora abre el desierto como un paisaje emocional que interpela la soledad, la pertenencia y las formas contemporáneas de escape. La lectura ofrece un recorrido cinematográfico por la intimidad y el paisaje social del norte, combinando mirada antropológica y sensibilidad literaria para explorar cómo se negocian identidad y deseo en un territorio que mira y es mirado.