La relación creativa entre la cámara y la sastrería se materializa en Peter Lindbergh. Azzedine Alaïa, un volumen que documenta el diálogo íntimo entre dos figuras que hicieron del monocromo una estética y un principio de trabajo. El fotógrafo Peter Lindbergh y Azzedine Alaïa cultivaron un amor compartido por el color negro: Lindbergh recurriendo al blanco y negro para buscar la autenticidad de los rostros, y Alaïa creando con el monocromo prendas que se entienden como esculturas vestidas.
Las páginas del libro inmortalizan esa comunión espiritual y rinden homenaje a los logros históricos de la fotografía y la moda, donde la ausencia de artificio potencia la fuerza de la imagen y la cualidad táctil de las prendas. A pesar de sus orígenes geográficos distantes, ambos convergieron en horizontes semejantes y, paso a paso, alcanzaron una colaboración poderosa que subraya la claridad de su propósito y la duradera influencia de su trabajo. Estas fotografías son testimonio de cómo la simplicidad del blanco y negro puede revelar la esencia de la forma, la expresión y el diseño atemporal.