Ambientada en la remota región conocida como la espalda de Japón, la novela despliega un retrato evocador del deseo, la soledad y el paisaje invernal. En País de nieve la figura de Shimamura, un caballero acomodado, regresa a las termas atraído por Komako, joven aprendiz de geisha, mientras la enigmática Yoko entreteje su destino con el de la pareja y la presencia constante de la nieve acentúa la tensión emocional y la fragilidad de los afectos.
Con una prosa que combina sutileza y potencia, Yasunari Kawabata firma una obra en la que el triángulo amoroso se convierte en un ejercicio de observación estética y psicológica. Esta novela marca el fin de la juventud del autor y la búsqueda por redefinir su estilo, ofreciendo una lectura que revela con precisión los matices del deseo no correspondido y la belleza austera del paisaje como espejo de las pasiones humanas.