La tercera entrega de la serie llega con una fiesta de cumpleaños que se convierte en aventura: en Olivia Wolf. Un millón de olivias Sam celebra en el chiquipark de Mick Liebre, cuya famosa piscina de pelotas es el escenario perfecto hasta que el marqués Ojostrés embruja las pelotas y las transforma en decenas de Olivias malignas dispuestas a destruirlo todo. La pandilla de la niña loba se enfrenta a las falsas Olivias con ingenio y buen humor, y la narración alterna tensión y momentos cómicos para mantener a los lectores implicados en cada giro.
Con un tono ágil y cercano, José Fragoso construye una historia que potencia la imaginación y el trabajo en equipo sin perder la frescura propia de Engendroland. Esta entrega combina conflicto, diversión y soluciones ingeniosas, ofreciendo una experiencia de lectura pensada para quienes disfrutan de aventuras infantiles llenas de humor y creatividad.