En una infancia marcada por la espera y el silencio, la voz de una niña recorre los pasillos de un país en conflicto: en Matilde la espera de un padre ausente se vuelve el eje de una pérdida que atraviesa lo íntimo y lo colectivo. Entre trenzas apretadas, zapatos de charol y figuritas de Sarah Kay, la rutina y la inocencia se quiebran cuando la familia no encuentra palabras que expliquen la ausencia; el Chile convulsionado y violento sirve de telón de fondo para una historia donde el tiempo, la verdad y la justicia intentan reconstruir lo que quedó fragmentado.
Con una prosa que combina ternura y precisión, Carolina Martínez Arroyo ofrece un relato que explora la memoria, la resiliencia familiar y el peso de la historia sobre las vidas cotidianas. La autora se presenta como una narradora atenta a los matices emocionales y sociales, y en esta obra logra que el dolor se transforme en búsqueda de sentido sin perder la voz infantil que lo vive. Carolina Martínez Arroyo construye así un relato conmovedor y necesario para comprender cómo la ausencia modela identidades y cómo la verdad puede devenir en una forma de reparación.