Ambientada en un pueblo cercano a Turín tras la Segunda Guerra Mundial, Las palabras de la noche retrata a varias familias de la burguesía que intentan desprenderse del dominio del fascismo mientras persiguen sus aspiraciones personales. A través de la mirada de Elsa, una joven de veintisiete años que vive con sus padres, la novela observa con precisión los chismes, los sueños truncados, los desamores y la constante búsqueda de felicidad que atraviesan dos generaciones de vecinos y parientes.
La narradora, aparentemente ausente de esas historias familiares, irrumpe desde las sombras para revelar un rostro inesperado que transforma la perspectiva sobre lo contado. Esta obra de Natalia Ginzburg combina una prosa contenida con observaciones fulgurantes; como señaló Colm Tóibín, «llena de observaciones deslumbrantes, arriesgadas y refulgentes». El resultado es una novela de resonancia duradera que confirma a Ginzburg como una de las voces más significativas de la literatura italiana del siglo XX.