Julia, con una pierna enyesada, transforma el tedio en curiosidad: desde su ventana, los prismáticos se convierten en portal hacia la vida cotidiana del edificio de enfrente. En La ventana indiscreta la observación se vuelve relato vivo —la escuela infantil, la peluquería de Cris, la habitación de Ares y tantas otras ventanas— y cada escena construye una mirada que mezcla humor, ternura y complicidad. «¿Y tú, con qué prismáticos miras el mundo?» plantea la obra como una invitación a revisar las miradas heredadas.
Con sensibilidad y lucidez, Marina Saéz propone una narrativa que desafía los prejuicios culturalmente asignados a niños y niñas, entendidos aquí como limitaciones al desarrollo personal. Las últimas páginas incluyen una guía de acompañamiento sobre género y sexualidad que aporta recursos para familias y educadores, complementando la historia con herramientas que fomentan empatía, diversidad y autonomía en el crecimiento infantil.