Con sensibilidad científica y literaria, Gilles Clément propone una reconsideración del rol humano en los espacios verdes. En La sabiduría del jardinero plantea que «Los libros sobre jardines no hablan de los animales en libertad, salvo para explicar cómo luchar contra ellos», y a partir de esa observación reconstruye una visión del jardín que incluye a los habitantes naturales y cuestiona la tradición que los excluye.
Clément articula una reflexión en la que el jardinero aprende a convivir con topos, libélulas, culebras y otras especies errantes; esa actitud redefine prácticas de manejo, diseño y conservación, orientándolas hacia la resiliencia y la complejidad ecológica. El texto combina ejemplos, aforismos y consideraciones prácticas para ofrecer un marco de pensamiento que enriquece tanto al profesional del paisaje como al aficionado interesado en comprender los jardines como comunidades vivas.