El 10 de agosto de 1519 partía del sevillano muelle de las Mulas una flota compuesta por cinco naves: la Trinidad, la San Antonio, la Concepción, la Victoria y la Santiago. Dirigidas por el experimentado navegante portugués Fernando de Magallanes, que había tenido el empeño y la tenacidad de hacer realidad su proyecto para buscar un paso entre el Atlántico y el mar del Sur, zarparon luego de permanecer cuarenta días en la desembocadura del Guadalquivir. Tres años después, solo una de ellas, la Victoria, con el velamen destrozado y una menguada tripulación de dieciocho hombres hambrientos y agotados, regresaba al puerto de Sevilla ante la atónita mirada de una multitud apiñada a orillas del río. Al mando de la nao estaba el vasco Juan Sebastián Elcano y, a pesar de que las calamidades y contratiempos sufridos eran incontables, habían encontrado un paso para llegar al mar del Sur, a las islas de las Especias, dando así la primera vuelta al mundo.En estas páginas, José Calvo Poyato llevará al lector a Lisboa y a Sevilla —ciudad en la que siguieron con pasión las rutas a las Indias—, así como también a la corte de un jovencísimo Carlos I, donde se multiplicaron las intrigas cortesanas y los intentos de frustrar la expedición que protagonizaría la gran aventura de viajar alrededor de la Tierra a través de mares desconocidos.
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