Un riguroso cruce entre investigación periodística y experiencia personal plantea respuestas sobre el final de la vida en La muerte no existe. Partiendo de la muerte de su hermano, el autor examina qué ocurre con la consciencia ante la muerte cerebral y confronta hallazgos de medicina y neurociencia con relatos y fenómenos inexplicables, sugiriendo que la consciencia podría abarcar una dimensión espiritual.
En su investigación, Stéphane Allix combina rigor periodístico, entrevistas y vivencias personales al experimentar vías alternativas y prácticas ancestrales como el chamanismo; el resultado es un estudio documentado y sensible que plantea si lo que el misticismo denomina «alma» puede dar cuenta de las fronteras de la vida, ofreciendo una reflexión serena, bien fundamentada y humana sobre uno de los grandes misterios contemporáneos.