Un joven estudiante de antropología recién llegado a Francia recibe una curiosa oferta de trabajo: ayudar a Samuel Beckett a archivar sus manuscritos, notas y papeles. La tarea debía durar diez días y concluye en menos de dos. El autor le ha pagado por adelantado y no considera justo que el estudiante tenga que devolver parte de su salario ¿Qué hacer? Pues ocuparlo con las tareas más diversas, comenzando por la creación de archivos falsos para desconcertar a los investigadores que se ocuparán de su obra.Entre panales de abejas, un proyecto de un director temerario para representar Esperando a Godot en una cárcel sueca y excentricidades intempestivas y adorables, surge un Samuel Beckett inesperado. Verosímil y excéntrico, lúcido y genial, alguien que está más allá del optimismo y el pesimismo, que acepta su lugar en el mundo y que es un guardián inflexible de su mundo privado, al margen del malentendido que rodea su existencia y sus textos. Como le sucede a sus lectores, la vida del estudiante ya no será la misma tras haberlo conocido.Martin Page escribió una novela encantadora. Es un homenaje a Beckett y a los libros, una rendición incondicional al poder de la escritura. Un amoroso recordatorio de una verdad que muy seguido se olvida: la literatura es alguien escribiendo en silencio y luego un lector en comunión con esas páginas. Este encuentro, grande o pequeño, cambia la realidad. El resto es pasto del olvido.
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