Ambientada en el año 220 a. C., cuando Qin Shi Huang unifica China y emprende obras colosales, Jirones de seda traslada al lector a Xianyang, ciudad de palacios resplandecientes y, a la vez, de calles sucias donde la supervivencia y los rencores moldean la vida cotidiana.
En esta novela, Fabián Plaza construye un relato que conjuga historia y suspense al seguir a tres personajes despojados de honor: un médico taoísta ciego, una hija marcada por los traumas de la guerra y un veterano soldado caído en desgracia; su búsqueda por recuperar lo perdido desemboca en una investigación de muertes misteriosas atribuidas a un espíritu vengativo.
La narración explora la tensión entre orden y caos, tradición y cambio, y obliga a los protagonistas a enfrentar tanto la oscuridad de la capital imperial como sus propias creencias, con un pulso que equilibra el cuidado histórico de los detalles —burocracia, estandarización y monumentales obras públicas— y la intensidad de una intriga que revela los hilos humanos ocultos bajo el Mandato del Cielo.