Desde el retrato que Edouard Manet realizó del escritor naturalista Émile Zola ante una estampa japonesa hasta las meticulosas copias de los grabados de Hiroshige que Van Gogh coleccionó con devoción, los pioneros del modernismo europeo del siglo XIX no ocultaron su amor por la xilografía. Algunas de las ideas artísticas más disruptivas se inventaron en Japón a principios del siglo XVIII y se expresaron como nunca antes en los trabajos de maestros como Hokusai, Utamaro e Hiroshige a principios del siglo XIX.Este volumen nos desvela un arte muy apreciado, pero poco comprendido, presentándonos las imágenes más destacadas de la xilografía japonesa en su contexto histórico. Al recorrer estas páginas, descubriremos los cuatro pilares de la xilografía —mujeres hermosas, actores, paisajes y composiciones con pájaros y flores—, junto con representaciones de luchadores de sumo, actores de kabuki y seductoras cortesanas cuyos admiradores alimentaron la producción frenética de este tipo de piezas.Nos adentraremos en lo horrible y lo oscuro con demonios y fantasmas que atormentan a los vivos; y seremos testigos de cómo, en su increíble variedad, estas obras comparten el ojo infalible de editores y artistas que, con enorme ingenio e irónica agudeza, lucharon por eludir la censura oficial.
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