El Manifiesto de los Cineastas de la Unidad Popular, los jóvenes en la onda y los jóvenes de la onda, la sacralidad de la revolución, las divergencias y las convergencias entre Raúl Ruiz y Miguel Littin, las películas chilenas al asedio del presente y el pasado, las pequeñas cosas de un día cualquiera de agosto de 1971. Cinco ensayos pueblan Imaginémonos el caos. Cine, cultura y revolución en Chile, 1967-1973. Cinco textos que conversan entre sí, al punto de aspirar a ser leídos como uno solo. Cinco aproximaciones a un tiempo que, a medio siglo del golpe civil militar, se resiste a las evocaciones por defecto y problematiza los etiquetados que dicta la costumbre. El sexenio revolucionario que este libro se fija como marco da pie al despliegue de temas y problemas que conectan los actos de ver o realizar una película con el posicionamiento público a través de la palabra, el compromiso revolucionario con el gesto moral, la vanguardia política con la vanguardia artística. De la historia a la antropología y a la crítica de cine, de la trastienda militante a la escritura fílmica del pasado, entre otros ítems, este libro se hace cargo de aconteceres, quehaceres y paradojas que van tejiendo la urdimbre de una cultura. Esto supone, en primer lugar, conceder al audiovisual una dignidad que no tiene por qué implicar una exigencia de fidedignidad; también, y a través de una variedad considerable de fuentes, permitirse hurgar para encontrar y, así, reconsiderar ciertas visiones ya asentadas sobre el cine, la cultura y la revolución entre 1967 y 1973. Asimismo, y por último, este volumen es una invitación a asomarse a un período por vías poco exploradas. A unir puntos y ensayar explicaciones allí donde no necesariamente se esperaba.
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