Intriga y tensión recorren esta historia. En la novela Este no es mi nombre, firmada por Megan Lally, la autora despliega un ritmo preciso que alterna misterio, sospecha y una urgente necesidad de hallar la verdad. Desde la primera escena resuena la frase «Ella pensaba que había recuperado su vida. Pero se equivocaba», que marca el pulso desconcertante de la trama.
Temblando y magullada, una adolescente aparece en la cuneta sin recordar quién es ni cómo llegó allí; un agente la lleva a la comisaría, donde un hombre histérico asegura ser su padre y dice que ella se llama Mary. Paralelamente surge la desaparición de Lola y la sospecha sobre Drew, cuyo intento por calmarse se tornó en acusación y en una carrera contrarreloj para demostrar su inocencia y localizar a la joven. La narración concentra la tensión en personajes verosímiles y en una cadena de decisiones con consecuencias crecientes, donde cada pista perdida aumenta el riesgo para ambos.