La pluma de Hermann Hesse construye un retrato íntimo del artista en declive: en El último verano de Klingsor & Alma de niño se narran los últimos meses de Klingsor, un pintor de cuarenta y dos años atrapado entre el deseo de vivir y la obsesión por su trabajo. Con la sensación de una muerte próxima, Klingsor atraviesa su última estación entre el placer y el tormento de la pintura, la alegría y la compulsión creadora, la amistad sincera, un amor tierno y el encanto de una naturaleza que acompaña a su alma inquieta.
La pieza que da nombre al volumen, «Alma de niño», ofrece un análisis magistral del comportamiento y los estados de ánimo de un muchacho que comete un hurto insignificante en su propia casa, y a partir de ese gesto revela la tensión entre culpa, curiosidad y formación moral. El conjunto propone un contraste revelador entre la madurez atormentada del artista y la sensibilidad emergente del joven, y muestra la capacidad de Hesse para indagar con sutileza en la creación, la conciencia y la condición humana.