Antoine de Saint-Exupéry fue dando vida a El principito durante sus largos vuelos en solitario por el desierto del Sáhara. Si bien es considerada una novela infantil, contiene reflexiones muy valiosas que permiten abordar temas como la soledad, la amistad, el amor, el egoísmo, el sacrificio y, sobre todo, la importancia de lo que somos frente a lo que parecemos.
Una historia que destila añoranza por la infancia perdida, por la mirada inocente, por la simplicidad de las cosas frente a la codicia, el ansia de poder y el desmedido instinto de posesión de los adultos. Porque, tal como aprende el principito: “lo esencial es invisible para los ojos”.