Diseñado para familias con niños a partir de 4 años, El monstruo de colores convierte el aprendizaje emocional en una experiencia lúdica y colaborativa. La edición de Devir ofrece componentes coloridos y reglas claras que facilitan que pequeños y adultos practiquen la identificación de sentimientos mientras se divierten alrededor del tablero.
Por turnos, los participantes lanzan el dado, desplazan al monstruo y recogen fichas que deben colocarse en los frascos correspondientes; para obtener cada ficha, los jugadores relatan una historia o una experiencia vinculada a la emoción en juego. Esta mecánica promueve el lenguaje emocional, la escucha activa y la empatía, convirtiendo cada partida en una herramienta pedagógica que favorece la comunicación familiar y el desarrollo socioemocional.