Publicada por primera vez en 1866, El jugador presenta un retrato implacable de la ludopatía a través de Alexei Ivanovitch, un joven tutor en el seno de una familia rusa instalada en un hotel alemán. La novela, escrita por Fiódor Dostoievski, muestra cómo la fascinación por la ruleta y las presiones económicas llevan al protagonista a alternar grandes victorias y derrotas mientras busca amor, riqueza y reconocimiento, sacrificando en el proceso sus relaciones personales.
Compuesta en condiciones de extrema urgencia para saldar deudas personales del autor, El jugador combina intensidad psicológica y observación social, lo que dota a la narración de un realismo crudo. La obra analiza la ilusión de control, la erosión moral y las consecuencias materiales del juego, ofreciendo una lectura poderosa sobre la fragilidad humana y las decisiones que conducen a la autodestrucción.