En un relato de tensión creciente, El filatelista sitúa al lector en un Suiza inquietante donde una pareja es torturada y asesinada en una cueva por un hombre que se hace llamar Sam; al mismo tiempo, llegan al país paquetes que gotean sangre y la prensa lo apoda «El filatelista». La investigación recae en la inspectora Ana Bartomeu, una mujer divorciada de mediana edad en plena depresión, obligada a colaborar con un colega alcohólico cuando su compañero habitual desaparece sin dejar rastro.
La prosa de Nicolas Feuz articula una atmósfera de claustrofobia y memoria quebrada, explorando cómo los hechos presentes despiertan sombras de un pasado ignoto: hace veinte años, los bosques de Onex fueron sacudidos por sucesos que nadie parece recordar. La novela combina suspense psicológico con una investigación policial que desentraña secretos y heridas colectivas, manteniendo la tensión narrativa hasta su desenlace.