Lejos de la visión convencional que atribuye la innovación exclusivamente al sector privado, en El estado emprendedor la economista Mariana Mazzucato demuestra que el Estado puede ser agente activo de cambio: una institución capaz de asumir inversiones de alto riesgo y de facilitar los avances tecnológicos que sostienen el crecimiento económico. Con un enfoque analítico y riguroso, la autora desmonta la idea del sector público como un ente anquilosado y muestra cómo la intervención estatal ha sido decisiva en el desarrollo de tecnologías transformadoras.
Apoyada en numerosos ejemplos, Mazzucato explica que, sin la participación pública en fases tempranas, el iPhone no habría alcanzado su actual sofisticación y muchos avances farmacéuticos y en energías renovables habrían quedado estancados. Describe asimismo cómo se ha configurado un «sistema de innovación» en el que los riesgos se socializan y las recompensas se privatizan, y cómo los llamados «genios de la innovación» a menudo se benefician de inversiones públicas previas. Frente a esa asimetría, propone reformas para redefinir la relación entre Estado y sector privado y diseñar políticas que compartan riesgos y distribuyan de forma más equitativa los beneficios del progreso tecnológico.