El cuento de la criada

En una distopía inquietante y claustrofóbica se presenta El cuento de la criada, una novela que imagina una República de Gilead donde, amparados en la coartada del terror, políticos teócratas suprimen la libertad de prensa y los derechos fundamentales de las mujeres. Firmada por Margaret Atwood, la obra fue escrita a principios de los ochenta y, con sorprendente premonición, proyecta una amenaza que sigue resonando en el mundo contemporáneo.

La historia sigue a Defred, cuyo cuerpo queda reducido a su función reproductiva según las férreas normas del régimen; la rebeldía o la incapacidad de concebir se castigan con la muerte pública o el destierro a las Colonias, espacios de polución y exterminio. El control se ejerce hasta en los detalles más íntimos —alimentación, indumentaria, actividad sexual— y la narración permite apreciar la violencia cotidiana de un sistema que normaliza la subordinación femenina.

Más allá de la trama, la novela explora con precisión los peligros de la fusión entre religión y poder, el empeño de todo autoritarismo por someter a las mujeres como vía para dominar a la sociedad y la fuerza del deseo como fuerza transgresora. La prosa de Atwood combina lucidez analítica y un sarcasmo contenido que potencia el impacto del relato, confirmando la vigencia de una obra que sigue provocando reflexión sobre las relaciones entre política, género y autoridad.