Verano de 1970: diecisiete invitados a una fiesta de cumpleaños organizada por una familia prominente mueren envenenados y solo sobrevive la hija ciega del clan. En El asesinato de los Aosawa la novela de Riku Onda se reconstruye ese homicidio a partir de testimonios dispares y recuerdos que resurgen décadas después, explorando cómo la memoria y las apariencias condicionan la verdad y el juicio social.
A través de una narración poliédrica que alterna voces y perspectivas, la obra ofrece un retrato caleidoscópico del Japón contemporáneo, entre rituales, envidias contenidas y una hipocresía formal. En su manejo del misterio recuerda a «Rashomon» de Ryunosuke Akutagawa y a «A sangre fría» de Truman Capote, pero subvierte los recursos clásicos con un ingenio frío y una tensión sostenida que culmina en un desenlace devastador y de resonancia perdurable.