En este relato íntimo que recupera voces y paisajes de la infancia, Del diario de vida que nunca escribí ofrece un recorrido por los primeros años de vida y la historia familiar del autor, a la vez que registra el ocaso de las minas salitreras. El Premio Nacional de Literatura Hernán Rivera Letelier hila con precisión y ternura los recuerdos de un cuarto hijo nacido en el seno de una familia evangélica, donde la madre cocinaba para los mineros y el padre asumía los trabajos más duros de la faena.
Con una prosa que equilibra emoción y sobriedad, el autor reconstruye episodios decisivos que lo formaron, mostrando la dureza cotidiana y la dignidad de quienes habitaron ese mundo en declive. Las escenas domésticas y laborales se transforman en microrelatos que revelan vínculos, aspiraciones y pérdidas; así, el conjunto funciona tanto como memoria personal como como retrato social, ofreciendo una mirada documentada y sensible sobre una época que se desvanece.