Los aliados han liberado Francia y las tropas alemanas en retirada conducen a un numeroso grupo de colaboracionistas del gobierno de Vichy al castillo de Sigmaringen. Este es el punto de partida del libro: más de mil personas angustiadas, sin norte ni futuro, se hacinan en un castillo laberíntico. Pero los castillos de Louis-Ferdinand Céline son realmente dolorosos, agitados por los espectros de la guerra, el odio y la miseria.Transparente en su autobiografía, casi a caballo entre la novela y la confesión, con aguda ironía y punzante humor, nos describe a los alemanes en pánico, a una Europa que retumba, a los ministros de Vichy sin ministerio y al mariscal a punto de entrar en el Tribunal Supremo.Con su prosa arrolladora y sincopada, en completo desorden, pero con vívida clarividencia, narra como nadie el caos de la derrota, los excesos y las miserias de la condición humana. Este primer volumen de lo que el propio Céline concibió como una historia magna —la Trilogía del Norte—, es uno de sus libros más demoledores: una novela que nos interpela, nos sacude y nos golpea.
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