Desde la primera escena se percibe el rigor y la pasión que sostienen la vida de una bailarina: Maya, cuyo sacrificio por el ballet le ha conferido reconocimiento y, a la vez, le ha reservado un destino trágico. En Cuando no queden más estrellas que contar la autora María Martínez reconstruye con sensibilidad y precisión la caída de un futuro prometedor tras un accidente que desmantela el único mundo que su protagonista conocía.
La novela indaga en las consecuencias emocionales de esa ruptura: la culpa impuesta por una abuela que lo ha orientado todo, la ausencia insoslayable de una madre y la aparición fortuita de una caja de música que abre una herida latente. A través de un viaje inesperado y del encuentro con una joven fragmentaria, el relato explora la búsqueda de identidad, la reparación y la posibilidad de recomponer la vida desde lo más íntimo. «A veces, dejar que suceda es todo lo que necesitas» resume con elegancia el pulso narrativo que atraviesa esta obra.