En una novela que explora la incertidumbre de la juventud y la fuerza del presente, Cuando el cielo se vuelva amarillo plantea el choque entre deseos ambiciosos y miedos paralizantes. Lola está en su último año de instituto, llena de inquietudes sobre su futuro y atrapada en su zona de confort; Nico, en cambio, vive con la intensidad del que sabe que el mañana es un misterio. La historia se sostiene en el contraste entre la planificación y el impulso, y refleja con sensibilidad los retos emocionales del tránsito a la edad adulta.
Firmada por Nerea Pascual, la novela sigue el encuentro entre ambos jóvenes, que se convierten el uno para el otro en «la persona perfecta en el momento perfecto». A través de su relación, la narración propone una reflexión sobre el amor como gesto sencillo y humano, y sobre cómo aprender a vivir un carpe diem auténtico sin perder de vista las responsabilidades y las inseguridades. Equilibrada entre ternura y realismo, la obra ofrece una lección de vida que invita a repensar la complejidad de los afectos sin idealizaciones.