Un relato tierno y reflexivo sobre la búsqueda de pertenencia y la amistad en un entorno urbano. En él, Corduroy es un osito que vive en la sección de juguetes de unos grandes almacenes y espera, día tras día, junto a muñecos y animales, a que alguien lo lleve a casa; la narración captura con delicadeza la mezcla de esperanza y vulnerabilidad que sienten los personajes infantiles, mediante un ritmo sencillo y emotivo.
Con una prosa accesible y delicadas ilustraciones que complementan la historia, la obra de Don Freeman destaca por su capacidad para conectar con lectores de distintas edades, invitando a conversaciones sobre empatía, identidad y el valor de los pequeños gestos, lo que la convierte en una lectura valiosa para familias y educadores interesados en abordar temas emocionales con ternura y respeto.