La madrugada del 9 de julio de 1984, la artista lesbiana Mónica Briones Puccio fue asesinada a golpes en la esquina de las calles Irene Morales con Merced, en el centro de Santiago, cuando esperaba la micro junto a una amiga después de celebrar su cumpleaños número 34. Desde entonces, el crimen permanece impune y en su memoria cada año se conmemora en esa fecha en Chile el Día de la Visibilidad Lésbica. Érika Montecinos, periodista, escritora y activista, supo del brutal crimen cuando terminaba su carrera universitaria y desde entonces siguió las pistas del caso. Accedió a los expedientes judiciales, conoció a sus amigos y cercanos, entrevistó a Cristina, la hermana menor de Mónica, estuvo entre sus recuerdos y las obras que repartió entre sus amigos a modo de rastros de su existencia, recorrió los lugares que la artista frecuentó entre la capital y la caleta Horcón, cuando se buscaba la vida como pintora y escultora, cuando quería ser reconocida por su arte y vivía su sexualidad con libertad, en plena dictadura militar. El resultado de su investigación es una intensa y conmovedora crónica que enlaza ambas existencias, la de Mónica y la de Érika, quien revive la figura de la artista con todos sus matices, situándola muy lejos de la figura de mártir, incorpora multitud de aspectos desconocidos y andanzas de su corta pero agitada vida, y construye un retrato que lo es también de una generación que vivió su identidad a escondidas, siempre bajo peligro, entre los recovecos del Santiago de los setenta y los ochenta.
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