Desde el corazón de la épica india surge una obra que sintetiza saberes religiosos y belleza literaria: Bhagavad Gita. El canto del Señor despliega en pocas estrofas una conversación que articula la ética del deber, la naturaleza del ser y la vía de la realización espiritual. Aunque forma parte del Mahabharata, su unidad temática y su intensidad poética lo constituyen como un poema autónomo, lleno de imágenes inspiradoras y comparaciones ingeniosas.
Su lenguaje alterna la sencillez pedagógica con instantes de gran majestuosidad, permitiendo tanto la comprensión directa de sus enseñanzas como la contemplación metafísica de conceptos védicos como Brahman. En su brevedad reside una síntesis doctrinal que ha servido de referencia para la filosofía espiritual: ofrece claves sobre la acción desinteresada, la devoción y la unión mística con la divinidad, y conserva además un valor estético que atrae a lectores de literatura, filosofía y estudios religiosos.