En la cafetería Funiculi Funicula, abierta desde hace más de cien años en un pequeño callejón de Tokio, no solo sirve muy buen café sino que, además, puedes viajar al pasado si eliges bien dónde sentarte. Aunque hay reglas: hagas lo que hagas, el presente no cambiará, así que mejor no lo intentes; no puedes moverte del asiento que ocupas mientras estés en el pasado y siempre debes volver antes de que se te enfríe el café. Before the Coffee Gets Cold nos cuenta las emocionantes historias de cuatro clientes que se atrevieron a hacer el viaje por motivos diferentes: para enfrentarse al hombre que les abandonó, para hablar una última vez con una hermana, para recibir una carta o para ver a la hija a la que nunca pudieron conocer.