La edición ilustrada de Alicia a través del espejo pone en diálogo la imaginación lógica de Lewis Carroll y la poética visual de Benjamin Lacombe. En estas páginas late con claridad la idea que resume el libro: «Las dos Alicias no son libros para niños; son libros en los que nos convertimos en niños», una afirmación que revela su poder para desdibujar fronteras entre lo adulto y lo lúdico.
La prosa de Carroll, cargada de juegos lingüísticos y giros inesperados, se ve sublimada por las imágenes de Lacombe, que reconstruyen los pasajes oníricos con un trazo evocador y una paleta que intensifica la atmósfera fantástica. Esta edición ofrece una experiencia lectora que combina disfrute estético y pensamiento crítico, apta para lectores que buscan volver a la maravilla sin renunciar a la profundidad interpretativa.