Las actuales cabañas son aptas para todas las estaciones del año, lo que las convierte en el deleite de excursionistas, exploradores y urbanitas que buscan tranquilidad. Son prácticas, cómodas y están construidas para soportar la dura climatología de altas montañas o escarpadas costas. Algunos son refugios básicos y escasamente equipados; otros son retiros únicos de “glamping” (camping glamoroso) con todas las comodidades del hogar o, mejor aún, las comodidades de un hotel de lujo que puede incluir jacuzzi, sauna y Wi-Fi. La idea de visitar lugares remotos para reconectarse con la naturaleza ha ampliado los límites experienciales, pero las cabañas tradicionales prevalecen como estructuras atemporales que celebran integrarse con su entorno. El vidrio y la madera cobran protagonismo como materiales predominantes, mientras que las generosas aperturas y su diseño abren los espacios interiores a la luz del día y las vistas.
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