Este juego cooperativo minimalista propone una dinámica única: en The mind los jugadores afrontan niveles crecientes sin posibilidad de comunicarse verbalmente ni intercambiar información, de modo que la partida se convierte en un experimento social que pone a prueba la intuición, el ritmo y la sincronía del grupo.
Wolfgang Warsch firma una experiencia de reglas sencillas pero impacto profundo, donde deberán superar todos los niveles para ganar confiando en señales no verbales y en una conexión que podríamos describir como «telepáticamente…». La combinación de tensión creciente y simplicidad hace de este título una propuesta memorable para quienes buscan juegos cooperativos que priorizan la complicidad y la percepción compartida.