En esta fábula política que examina el juego del poder y la traición, Rebelión en la granja presenta la transformación de una revuelta idealista en una maquinaria autoritaria. Tras el último discurso del Viejo Mayor, los animales de la Granja Manor se liberan de la opresión humana y fundan una nueva comunidad que, al inicio, parece prometer justicia y igualdad. George Orwell construye una narración compacta y directa que convierte el corral en metáfora de los procesos políticos reales.
La aparición de los Siete Mandamientos y el cambio de nombre a «Granja Animal» marcan el intento de codificar principios colectivos, pero la tensión entre Napoleón y Bola de Nieve ilustra cómo las disputas por el liderazgo y la manipulación del lenguaje desvirtúan los ideales fundacionales. Orwell despliega ironía y claridad estilística para mostrar cómo la corrupción del poder modifica las reglas, reescribe la historia y redefine quiénes tienen voz y quiénes permanecen invisibles.
La economía del relato y la precisión de sus imágenes convierten a Rebelión en la granja en una lectura que trasciende su contexto histórico: funciona como estudio sobre la propaganda, el consenso forzado y la fragilidad de las utopías. La prosa de George Orwell mantiene el ritmo y la tensión, permitiendo al lector seguir tanto la fábula como su carga simbólica sin perder claridad ni impacto.