En este volumen confluyen relatos que evocan amores de adolescencia con serena nostalgia y escenas que desdibujan los límites entre imaginación y realidad; en Primera persona del singular la voz narrativa construye un archivo íntimo de recuerdos y pérdidas. El narrador, a veces indistinguible del propio autor, articula historias donde jóvenes apenas vislumbradas, reseñas de jazz sobre discos imposibles, un poeta aficionado al béisbol, un simio parlante que trabaja como masajista y un anciano que habla del círculo con varios centros se encadenan en una prosa hipnótica y contenida. Firma la obra Haruki Murakami.
Los relatos plantean una ambigüedad deliberada entre memoria y ficción, y devuelven intactos los amores perdidos, las relaciones truncadas, la soledad, la adolescencia y los reencuentros; como asegura el narrador, «nadie podrá arrebatarnos el recuerdo de haber amado o de haber estado enamorados alguna vez en la vida». El conjunto invita a decidir si se trata de memorias, de relatos con tintes autobiográficos o de pura invención, mientras la prosa mantiene una cadencia que alterna ternura y extrañamiento y revela la sutileza del oficio narrativo de Murakami para convertir lo cotidiano en enigma emocional.