Ambientada en la Sierra de Guadarrama, entre Madrid y Segovia, la acción de esta obra condensa cuatro días y tres noches de tensión y compromiso; en el epígrafe figuran las palabras de John Donne: «Ningún hombre es una isla, completo en sí mismo […] La muerte de cualquier hombre me disminuye, estoy ligado a la humanidad. Por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas: están doblando por ti». En este marco surge Por quién doblan las campanas, que sigue a Robert Jordan, un dinamitero estadounidense encargado de una misión decisiva tras las líneas enemigas.
El rico retablo de personajes —Pilar y su marido Pablo, El Sordo, Anselmo y la joven María— permite una representación intensa y matizada del conflicto: la brutalidad y la miseria conviven con la dignidad de los ideales y la fragilidad de los afectos. Escrita en La Habana tras la experiencia de Hemingway como corresponsal en la Guerra Civil española, la novela destaca por su economía narrativa, su honestidad moral y la capacidad para transmitir la tensión emocional de la guerra. Firmada por Ernest Hemingway, se reconoce como una obra que explora con profundidad las pasiones y los costes humanos de la contienda.