Claude Monet (1840-1926), aclamado como el «príncipe de los impresionistas», transformó las expectativas sobre el propósito de la pintura sobre lienzo. El libro Monet. Basic Art muestra cómo Monet, trabajando al aire libre con pinceladas rápidas e impetuosas, no se limitó a reproducir la realidad sino al acto mismo de la percepción, replanteando el juego de la luz, los tonos y los contornos para captar las impresiones visuales que llegan al ojo.
En sus célebres series de nenúfares, así como en las pinturas de álamos, almiares y la catedral de Ruan, repitió el mismo motivo en distintas estaciones, condiciones climatológicas y momentos del día para explorar la constante mutabilidad de nuestro entorno visual y el espacio «entre el motivo y el artista». Esta introducción esencial, escrita por Christoph Heinrich, forma parte de la colección Basic Art y ofrece una lectura concisa y rigurosa sobre la manera en que sus obras cuestionan el propósito del cuadro y la percepción del tiempo.